Hoy vamos a hablar de un niño que está enfermo. Sí, todos enfermamos.

¡Angina, bronquitis, fiebre! Tienes que quedarte en la cama, faltar a la escuela o una salida con los amigos … ¡lo sabes! Después de algunos buenos remedios, te recuperas y, adelante, empiezas de nuevo. Pero cuando la enfermedad es grave, muy grave, ¿qué sucede? Sí, todo cambia en casa, lo importante, lo más importante, es encontrar una forma de curar. Nos gustaría que el paciente se recupere tanto que somos capaces de cualquier cosa. ¿No es así ?

Hoy, en la historia del Evangelio de Juan que vamos a contar, vamos a averiguar qué va a hacer el padre de este niño enfermo. Pon mucha atención y podrás responder a la pregunta: ¿Respondió Jesús a la petición del padre?

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Texto completo de esta historia:​

¿HARÁ JESÚS TODO LO QUE EL PAPÁ LE PIDE?

 

Jesús regresa a Caná donde realizó su primer milagro. Recuerda que Él transformó el agua en vino en una boda.

A unos treinta kilómetros de Caná, en la ciudad de Capernaum, vive un oficial romano con su familia. Tiene un hijo, pero este niño está enfermo. Más pasan los días, más empeora la enfermedad, el niño ya no come, no puede levantarse, no tiene fuerzas, la fiebre es violenta. Está agotado.

Hicimos todo lo que fue posible, lamentablemente sin resultados. Con la enfermedad, la tristeza entró en esta casa. Los padres están desesperados. A menudo, mamá y papá lloran. Amigos, vecinos les gustaría hacer algo pero ¿qué? Se acabó, no hay nada más que podamos hacer.

Alguien ha oído que Jesús acaba de llegar a Caná. Se lo dice al papá.

La esperanza renació de inmediato en esta familia, recobró el ánimo. El papá no lo duda un instante, lo deja todo y se pone en marcha, es absolutamente necesario que encuentre a Jesús. Esa es su última esperanza, ya que su hijo está a punto de  morirse.

Avanza en el camino lo más rápido posible, hay poco tiempo … el viaje le parece muy largo.

 

Hacia la una de la tarde llega finalmente frente a Jesús:

– Señor, por favor ven conmigo, suplica, ¡ven! ¡Mi niño se está muriendo! ¡Ven y sánalo!

Insiste :

-¡Señor, ven a mi casa antes de que muera mi hijo!

– Ve, le dijo Jesús, vete a casa, ¡tu hijo está vivo!

Jesús no lo sigue, pero este hombre capta las palabras de Jesús. Las guarda en su corazón, cree lo que Jesús le acaba de decir. Toma el camino de regreso. Por supuesto, eso no es lo que había planeado. Quería traer a Jesús de regreso con él y regresa solo, pero cree que Jesús le dijo la verdad, su hijo no va a morir, está sanado.

 

El camino es largo, camina tan rápido como puede.

Al día siguiente, ve a lo lejos hombres corriendo hacia él.

 

– ¡Tu hijo, tu hijo, está vivo! ¡Tu hijo está vivo! ¡Está curado!

– ¿A qué hora estuvo mejor? Papá pregunta a sus sirvientes.

– Ayer, alrededor de la una de la tarde, de repente, la fiebre lo dejó.

El rostro del oficial se ilumina. Una de la tarde ! Fue en ese momento que Jesús le dijo: « ¡Tu hijo está vivo! »

 

Después de la tristeza, la desgracia, las lágrimas, vuelve la alegría en esta casa. Este papá que dejó a su hijo muriendo ahora lo abraza. Lo encuentra en buena salud exactamente como Jesús le había dicho. Y sin embargo, Jesús no vino a su casa, pero sucedió el milagro.

Todos se maravillan del poder y el amor de Jesús. Lo que dice se hace realidad.

Por supuesto, mamá, papá y toda la familia creen en Jesús y deciden obedecerle.

 

Se va1, 2, 3, 4 ¡Y TÚ Y YO!

 

¿Orando a Jesús? ¿Pedirle su ayuda, socorro? Si ! Tú puedes hacerlo, yo también, todos podemos hacerlo. El papá de este niño no lo dudó, viajó todos estos kilómetros para pedirle a Jesús que viniera y sanara a su hijo. Es posible que se haya sorprendido de que Jesús no haya venido a su casa como se lo pidió, pero no se desanimó. Creyó en la palabra de Jesús. Y finalmente … ¿Qué es lo más importante? ¿Que las cosas salgan como te imaginas, como las quieres o que Jesús conteste tus oraciones como Él ha decidido de hacerlo? Jesús siempre sabe qué hacer y cómo hacerlo; entonces puedes confiar en él. Cuando tengas un problema, una necesidad, ora y déjalo actuar y verás cosas grandes y hermosas en tu vida porque Jesús ama a los niños y quiere bendecirte.

Contestemos a la pregunta: ¿Respondió Jesús a la petición del papá?

Jesús no respondió a la solicitud del papá de ir a su casa, ¡pero sí! ¡Y tres veces sí! Él respondió a su petición, a su oración, de sanar a su hijo. Y eso es lo más importante.

 4, 3, 2, 1 Y NOSOTROS LOS PADRES!

 

¡ Confiar ! Creer lo que nos dicen … ¡no siempre es fácil! Y tenemos razón en no ser inocentes y no creerlo todo y a todo el mundo sin reflexionar..

Pero, ¿has notado que a veces nos sucede que confiamos en las personas más fácilmente que en Dios? Sin embargo … es lo que Él dice que se hace realidad.

¿Jesús responde siempre como queremos, como se le dice que haga, cuando hemos decidido? No, pero … ¿quién sabe qué es lo mejor para nosotros? ¡En su Palabra, Él siempre nos anima a confiar en Él para nuestra vida y la de nuestros hijos!

Por cierto, ¿habéis notado que nuestros niños a veces nos asombran con la sencillez de su fe? Dios los ama y honra su fe.