En nuestro último programa, hablamos de Jesús cuando era niño. Cómo era, qué hizo, cómo vivió y su primera visita al templo de Jerusalén. ¿Recuerdas cuántos años tenía? 12 años.
En nuestra historia de hoy, lo vamos a encontrar, pero tiene unos 30 años y va a ser bautizado. Pero por cierto: ¿Qué es el bautismo? ¿Qué pasó cuando Jesús fue bautizado? Estas son algunas preguntas que podemos hacernos. Este relato del Evangelio nos iluminará.
Aquí está la pregunta del día: ¿Por qué se bautizan las personas? Tendrás la respuesta al final de la historia.
Este programa tiene su propio podcast en francés.
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Texto completo de esta historia:
¿QUÉ PASÓ CUANDO JESÚS FUE BAUTIZADO?
Cuando el ángel Gabriel vino a decirles a Zacarías y a Elisabet que iban a tener un hijo, les dijo:
– Este niño, lo llamarás Juan. Será un gran profeta, hablará a los hombres en nombre de Dios. Preparará la venida del Salvador prometido.
Su pequeño, ahora joven, se ha ido a vivir solo al desierto. Viste una prenda de piel de camello ceñida a la cintura con un cinturón de cuero. No se preocupa mucho por sus comidas, come lo que encuentra allí, asa saltamontes y miel silvestre. Pasa mucho tiempo orando y escuchando a Dios.
Cuando llega el momento, comienza a hablar en nombre de Dios. Muchos hombres y mujeres vienen a escucharlo.
– Se han apartado de Dios, les dijo, miren el mal que estáis haciendo, Dios no está de acuerdo. Dejad de robar, de hacer trampas, de ser violentos, de mentir y de ser egoístas. Arrepentíos, es decir, dad la espalda al mal y vuélvan a hacer el bien. Cambiad de vida. Pedidle perdón a Dios por vuestra desobediencia, vuestra maldad, Él está dispuesto a perdonaos. Y demostrad que queréis comenzar una nueva vida haciendo el bien, cuidando a los demás, compartiendo lo que tenéis con los que no tienen nada.
Mucha gente descubre que ha hecho cosas incorrectas. Le piden perdón a Dios y se acercan a Juan a orillas del río Jordán. Jean los sumerge en el agua; los bautiza. Al hacer esto, estas personas están demostrando que han decidido renunciar a lo que estaban haciendo mal, le piden perdón a Dios, creen que Dios los perdona y deciden hacer el bien ahora.
Un día, Juan se sorprende mucho. Ve a un hombre que se le acerca para ser bautizado. Es Jesús.
– No, le dijo Juan, no necesitas ser bautizado. Tú, nunca hiciste nada malo, más bien deberías estar bautizándome.
Jesús insiste:
– Sí, acepta por ahora, porque así conviene que cumplamos toda la justicia ante Dios.
Entonces Juan sumerge a Jesús en el agua, lo bautiza. Cuando Jesús sale del agua, suceden cosas sobrenaturales: el cielo se abre y Juan ve al Espíritu de Dios descendiendo sobre Jesús en forma de paloma y permanecer sobre él. Al mismo tiempo, resuena una voz del cielo, la voz de Dios:
– He aquí mi amado hijo, tengo complacencia en él.
Jesús está lleno del Espíritu Santo.
Entonces comenzará su misión.
Regresa del Jordán y el Espíritu de Dios lo lleva a un lugar completamente diferente, un lugar desierto donde estará completamente solo. Ahí es donde lo encontraremos en nuestra próxima historia.
1, 2, 3, 4 ¡Y TÚ Y YO!
Juan el Bautista habló a la gente de su época, pero lo que les dijo sigue siendo cierto.
Dios nos dice tanto a mí como a ti:
– Reconoce que no siempre haces lo correcto, entonces pídeme perdón, estoy dispuesto a perdonarte y luego decide hacer lo correcto, estaré contigo y te ayudaré.
Puedes responder a este llamado de Dios. Entra en tu habitación, por ejemplo, o ve a un lugar tranquilo y le hablas; no lo verás pero él te oirá. Le dices lo que está mal, lo que sabes que está realmente mal, le pides perdón y le pides ayuda.
Y cuando seas mayor, también podrás bautizarte.
Ahora respondamos a la pregunta: ¿Por qué se bautizan hombres y mujeres?
Pues bien, lo hacen para obedecer a Dios. Piden perdón por sus errores, creen que Dios los perdona y se comprometen a hacer lo correcto.
4, 3, 2, 1 ¡Y NOSOTROS LOS PADRES!
Durante siglos, el pueblo de Israel continuó practicando ritos religiosos, pero ya no temía a Dios. La misión de Juan el Bautista era despertar conciencias, rectificar severamente, advertir de la gravedad de la desobediencia, del pecado, para que todos pudieran volver a Dios con sinceridad, pedirle perdón y comprometerse a obedecerle. Entonces podía uno ser bautizado. El bautismo es un compromiso personal ante Dios y ante los hombres.
Enseñamos a nuestros hijos a apartarse del mal y a amar el bien. Les hacemos saber que Dios nos ve y que siempre está dispuesto a recibirnos y perdonarnos si somos sinceros. ¿Acaso no tiene compasión de nosotros y de nuestros hijos?